Autor: Fermín Beguerisse Hormaechea
Henry Ford
Una figura que estará siempre vinculada al mundo de la velocidad y el motor, a la excelencia de la industria automovilística y a las siempre crecientes economías de escala. Este ingeniero, empresario y filántropo estadounidense de ascendencia irlandesa, es uno de los personajes más importantes de la historia económica global, ¿su nombre? Henry Ford, ¿su revolución? el fordismo; una mezcla de producción y desarrollo que transformó por completo nuestra manera de vivir.
Como muchos de los emigrantes que llegaron a Estados Unidos en el siglo XIX, la familia Ford se dedicó a la agricultura para, desde allí, labrarse el camino a un mejor porvenir. Cercano al campo, la fascinación de Henry sorprendentemente no se dirigió al cultivo de la tierra, sino a la mecánica que le rodeaba entre los tractores y los primeros automóviles impulsados por vapor. Las ganas de hacer magia con engranes y energía, llevaron a Henry a hacer distintos trabajos, como arreglar relojes en una relojería local o maquinaria agrícola en la Westinghouse, una compañía pionera en el transporte eléctrico.
En sus primeros puestos Henry aprendió mucho de los retos de transportación que Estados Unidos tenía para lograr trasladar mercancías y personas a lo largo del territorio nacional, por lo que más adelante, a sus 30 años, se encausó en crear un vehículo de gasolina. Con esfuerzo, y mientras era ingeniero en jefe de la Detroit Edison Company, Henry consiguió ensamblar un prototipo completamente funcional que le permitió reunir a un grupo de inversionistas y dejar su empleo para enfocarse en un nuevo reto: fundar su propia compañía.
Henry confiaba en su talento y conocimiento, pero su interés científico por perfeccionar los motores colisionaba constantemente con el interés comercial de sus inversionistas, lo que desembocó en algunos intentos fallidos a la hora de querer montar la empresa que tanto soñaba. Al dejar su puesto en la Detroit Edison Company, su primer intento empresarial infructuoso fue la Detroit Automobile Company; más tarde, en 1901, impulsado por formar parte del mundo de las carreras automovilísticas fundó la Henry Ford Company, un emprendimiento que nuevamente abandonó por discrepancias con los inversores y que más tarde fue conocido como Cadillac.
Sí, parecía que la carrera empresarial de Henry no daba buenos frutos, pero en realidad fue todo lo contrario. La experiencia acumulada, las lecciones aprendidas, y el empeño a flor de piel, llevaron a este visionario a fundar la Ford Motor Company en 1903; la empresa que en poco tiempo se volvió la mayor fábrica de automóviles de la primera mitad siglo XX, ¿cómo fue posible?, gracias a las ideas de su fundador, querido lector. Henry diseñó un sistema de producción en cadena que trascendió su industria hasta volverse la base de los sistemas económicos y sociales modernos. El fordismo, como el filósofo Antonio Gramsci llamó a este sistema al estudiar el caso Ford, consiste en producir bienes estandarizados de bajo costo en líneas de ensamblaje, cuyas salidas al mercado vuelvan en forma de salarios estables y dignos para que incluso los trabajadores puedan comprar lo que producen.
La manera en que Henry logró racionalizar el proceso productivo de su compañía hizo posible ensamblar autos en tiempo récord. Cuando se puso en marcha su sistema, el tiempo de ensamblaje por unidad era de 12 horas, pero cuando se perfeccionó, ¡cada unidad se montaba en 90 minutos! Las implicaciones de esta velocidad productiva fueron enormes. En 1908, Ford fue capaz de poner al mundo sobre ruedas con el Modelo T, un automóvil duradero y tan fácil de elaborar en líneas de ensamblaje que año con año se hacía más accesible para el público general; iniciando con un precio de $825 dólares, llegó a venderse en 1925 a tan solo $260 dólares, haciendo posible que el 57% de los automóviles circulando por el planeta, en el año 1921, fueran un Ford T. Fue tal el intento de abaratar al máximo el precio de un Ford T, que desde 1914 sólo se fabricó en negro, e incluso el radiador perdió su color bronce en favor del obscuro en 1916. El éxito en ventas permitió que en la compañía Ford se estableciera un salario mínimo revolucionario para la época y una jornada laboral de 8 horas diarias. Condiciones que poco a poco se fueron replicando en otras industrias y que muchos historiadores consideran como el origen de la clase media estadounidense.
Nueva York, 1910
Al morir Henry Ford en 1947, dejó tras de sí 160 patentes registradas y las bases de la industria automovilística contemporánea, con criterios y métodos aún vigentes, además de una revolución económica en sí misma. Henry siempre será recordado como una personalidad de claros y obscuros, como lo fue la luminosidad de su genio mecánico y empresarial, o la obscuridad de su carácter duro y opiniones antisemitas, pero ¿qué opinas tú? ¿crees que la obra trasciende al personaje?
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Fuentes:
Edición Motorpasión- Henry Ford, un visionario de la industria automovilística (1). 15 de mayo del 2011 (Último acceso 27 de marzo del 2021)
Edición Motorpasión- Henry Ford, un visionario de la industria automovilística (2). 15 de mayo del 2011 (Último acceso 27 de marzo del 2021)
Visionmotor. La historia de Ford T https://www.youtube.com/watch?v=Xy5oOQloXe0
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