Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea
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Hoy traigo la historia de un pintor que en las mejores cortes europeas subió como el champán y que hoy parece haber sido olvidado por las hordas de turistas que se saltan sus cuadros en busca de la tienda de regalos del museo.
Franz Xaver Winterhalter
Franz Xaver Winterhalter nació en 1805 en el Gran Ducado de Baden, un estado del Sacro Imperio Romano Germánico de 1803 a 1806. Beneficiado por el mecenazgo de los duques de la región, durante su juventud estudió dibujo y consiguió una beca para continuar su formación en Italia. Ya un artista en regla y con una carrera incipiente se trasladó en busca de clientela al París de la Monarquía de Julio — periodo entre la Revolución de 1830, también llamada «Revolución de Julio», y la Revolución de 1848—. La familia real oyó hablar de él por primera vez en 1838 y se percataron de que era el tipo de retratista que necesitaban. Al año siguiente Winterhalter hizo el retrato oficial del rey Luis Felipe I. El resultado fue tan bien aceptado que continuó retratando a la realeza hasta que la princesa Luisa de Orleans, reina de los belgas, lo presentó a la familia real británica. En poco tiempo Winterhalter ser convirtió en el retratista favorito de la reina Victoria. Pasó una estancia con la monarca cada año durante dos décadas —convenientemente mientras la Revolución francesa de 1848 redecoraba los cementerios—. Una vez que en Francia se instauró el Segundo Imperio (el primero fue el de Napoleón I, y el segundo el de Napoleón III, sobrino del primero y afortunado heredero de su popular nombre y apellido), la nueva monarquía necesitaba unos retratos que los legitimaran como dignos descendientes distinguidos por voluntad divina, pero también hijos de la modernidad y de los ideales de un ciudadano francés ejemplar. Winterhalter llegó muy bien recibido. Durante ese tiempo pintó a la emperatriz Eugenia de Montijo rodeada de sus damas de honor. Con ese cuadro, la carrera ascendente de Winterhalter se detuvo en seco a causa de un rumor.
La Emperatriz Eugenia rodeada de sus damas de compañía
El rumor sugería que las modelos presentes en «La Emperatriz Eugenia rodeada de sus damas de compañía» —todas princesas, duquesas, marquesas y más de esas— habían posado en otra obra de Winterhalter: «Florinda». La comparación causó escándalo. Parecía que el muy pillo, más allá de reusar una composición similar, alardeaba de haberse reunido con la alta alcurnia para retratarlas sin ropa.
Florinda
En «Florinda», Winterhalter representó una leyenda del último rey visigodo de la península ibérica: Rodrigo. Él, después de espiar a sus damas de honor para encontrar a la más bella, eligió a Florinda, a veces llamada La Cava. O bien seducida por él o secuestrada, como venganza el padre de Florinda —el conde Julián, cuya historicidad es dudosa— confabuló con las fuerzas del Califato Omeya en el norte de África para invadir España terminando así con el dominio visigodo. Winterhalter conoció la leyenda por medio de una balada española del siglo XVI titulada La Cava, aunque también era un tema reconocido tras los poemas románticos de los ingleses Sir Walter Scott y Robert Southney. Quizá su inspiración más inmediata fue una ópera de Sigismond Thalberg sobre la leyenda estrenada en 1851 con el bajo Luigi Blanche, el instructor de canto de la reina Victoria, interpretando a Julián. Con todas estas conexiones, y agradada por la belleza del cuadro, la reina lo compró para el príncipe Alberto.
Volviendo al escándalo, la similitud entre «Florinda» y «La Emperatriz Eugenia rodeada de sus damas de compañía» no pasó desapercibida, pero el rumor se esfumó pronto cuando se descubrió que el pintor había usado la misma disposición en círculo jerárquico y al aire libre quince años antes en su cuadro «El Decamerón». Si bien, algún mezquino podría señalar su falta de creatividad para mise en scène, el mito de una sesión de modelado al desnudo grupal se desacreditó. Lo que sí se sabe, en cambio, es que en 1860, la reina Victoria escribió en su diario sobre la princesa Leonilla Ivanovna Baryatinskaya, princesa de Sayn-Wittgenstein-Sayn: «Ella todavía es muy hermosa, después de haber sido una gran belleza y su cabeza pintada por Winterhalter aparece en su “Florinda”» (Diario, 12 de octubre de 1860). Le dejo a su consideración, querido lector, si desea ubicarla.
Retrato de Leonilla, princesa de Sayn-Wittgenstein-Sayn
Winterhalter siguió siendo el retratista favorito de las cortes europeas. Aunque nunca recibió grandes elogios por parte de críticos serios, que lo acusaban de superficial y adicto a la popularidad, fue un artista muy apreciado por sus mecenas aristocráticos. Las familias reales de Inglaterra, Francia, Austria-Hungría, España, Rusia, Portugal, Bélgica y México —así es, querido lector, retrató a Maximiliano de Habsburgo y a su esposa Carlota tras ser nombrados emperadores del Segundo Imperio mexicano—. Sus lienzos monumentales establecieron una reputación sustancial y las numerosas copias litográficas de los retratos ayudaron a difundir su fama. La realidad es que los retratos de Winterhalter no son lisonjas a sus patrocinadores, son muestra de su habilidad para apreciar la intimidad sutil, el espacio natural que todos tenemos entre la imagen que deseamos proyectar y cómo nos compartamos en confianza. Esto no sólo lo logra con haber posado a sus modelos en composiciones teatrales, sino que lo consigue con dos tipos de pinceladas muy elocuentes. Las telas y las joyas las resuelve con manchas estratégicas y trazos expresivos. En cambio, la piel en rostros y manos la pinta con una maestría digna de los flamencos renacentistas. Este equilibrio entre pinceladas delgadas rodeadas de trazos expresivos hace que sus retratos no sólo sean elegantes, sino que también muestren la realidad de un ser humano de carne y hueso. Como ejemplo, estimado lector, le pido que se acerque a la pintura: «Retrato de Lydia Schabelsky». Vea cómo el tul del vestido es una secuencia de trazos libres, amplios, con mucho dinamismo y soltura para dar la sensación de transparencia y volumen. Acérquese al respaldo de la silla y apreciará como con manchas de distintos tonos y valores Winterhalter logró resolver la textura, dureza y brillo de la madera. Algo similar lo puede encontrar en el brazalete, en el arete de perla y en el listón con el que Lydia ata su peinado. Ahora, vea la piel. Note la transición sutil de valores en el brazo izquierdo, el uso estratégico de tonos en la mano. Ya no son manchas expresivas, sino pinceladas ocultas. El ejemplo perfecto lo verá en la viveza con la que retrató el rostro de Lydia, absorta en sus pensamientos. Con dos técnicas dispares, Winterhalter logró imbuir en el cuadro profundidad psicológica, elegancia y naturalidad. Es una verdadera obra maestra.
Retrato de Lydia Schabelsky, baronesa Staël-Holstein
Cuadros como este se encuentran en varias ciudades del planeta. En lugares tan distintos como Viena o Los Ángeles, Varsovia o la Ciudad de México, Roma o Richmond, Virginia —como es el caso de Lydia—. Sus cuadros, ocultos para la mirada del turista común, son un agasajo para quienes saben dónde buscarlos antes de soltar amarras hacia un nuevo destino. Si usted, apreciado lector, es un viajero perspicaz que desea develar los secretos detrás de los guías comerciales y comenzar a ver todo lo que ocultan o desconocen, lo invito a distinguirse de las recuas de turistas dando clic aquí.
Espero que este artículo lo haya hecho apreciar los detalles dentro de los cuadros de Winterhalter y lo invito a no detenerse y reconocer el colorido que se oculta a plena vista. Que el conformismo no destiña lo que le rodea, querido lector, y le deseo una mirada educada para distinguir la belleza oculta detrás de la obviedad.
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por Fermín Beguerisse Hormaechea & Guillermo Beguerisse Hormaechea Descúbrelo en:
Fuentes:
Château de Versailles. 2024. Franz Xaver Winterhalter. Último acceso: 22 de mayo de 2024. https://en.chateauversailles.fr/discover/history/great-characters/franz-xaver-winterhalter#portraitist.
The Editors of Encyclopædia Britannica. 2024. Franz Xaver Winterhalter. 16 de abril. Último acceso: 22 de mayo de 2024. https://www.britannica.com/biography/Franz-Xaver-Winterhalter.
The Metropolitan Museum of Art. 2024. Florinda. Último acceso: 22 de mayo de 2024. https://www.metmuseum.org/art/collection/search/437944.
The Royal Collection Trust. 2024. Florinda Signed and dated 1852. Último acceso: 22 de mayo de 2024. https://www.rct.uk/collection/404860/florinda.
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