Autor: Fermín Beguerisse Hormaechea
Caminando por la calle, comiendo en un restaurante, en horas laborales o incluso en nuestros propios celulares, es común escuchar o leer la afirmación de uso mundial por excelencia: OK; sin embargo ¿cuál es su origen?
Verdaderamente es difícil rastrear el origen de éste término, puesto que varias teorías se han construido alrededor de él. Desde la expresión escocesa Och aye (Oh sí), pasando por similitudes con la frase griega, Ola kala (Todo bien), y la frase india choctaw, Oke/Okeh (Así es), se llega a las dos teorías más aceptadas y que confirman su origen anglosajón.
La primera teoría remite su origen a la Guerra Civil estadounidense (1861-1865), cuando al regresar las tropas a sus cuarteles, sin haber sufrido baja alguna, se escribía en un gran pizarrón “0K”, refiriéndose a “Zero Killed” o “0 muertos”. Mientras tanto, la segunda teoría ubica sus raíces en la ciudad de Boston de 1830, cuando existía la moda de abreviar palabras con faltas de ortografía intencionadas, tales como: KC -“Knuff Ced” (Enough said/ Basta de charla) y OW-“Oll Wright”(All right/Todo bien). De entre todas estas expresiones la que más popularidad adquirió fue OK-“Oll Korrect” (All correct/Todo correcto); su uso se propagó por todos los medios comunicación, incluyendo el telégrafo. El telégrafo, pensado para cobrar por cada letra escrita, no solo favoreció indirectamente el uso de varias abreviaciones, sino que propagó el uso de OK a través de cables submarinos y transoceánicos, haciéndolo llegar a distintos rincones del planeta.
La economización de la lengua, es decir el recorte de palabras y uso de siglas, es una práctica sumamente común en el inglés; sin embargo esto puede restar profundidad, significado e incluso belleza a un idioma ¿será posible que el español evite un destino similar en este mundo digital?
Aprende más:
Samuel Morse The Telegraph
Fuentes:
Why we say “OK”?-Vox
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