Autor: Guillermo Beguerisse Hormaechea
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Este busto de Enrique VII de Inglaterra es producto de una historia de celos, violencia y destierro. Conoce al hombre que le rompió la nariz a Miguel Ángel.
Busto de Enrique VII por Pietro Torrigiano.
Cuando era un adolescente, Miguel Ángel Buonarroti sufrió un golpe que le desfiguró la nariz de por vida. El autor del ataque era un joven, promesa artística del renacimiento, llamado: Pietro Torrigiano.
De acuerdo a Vasari, Pietro Torrigiano estudiaba en Florencia bajo el mecenazgo de Lorenzo de Médici cuando un nuevo estudiante de quince años, llamado Miguel Ángel, comenzó a destacar rápidamente dentro del grupo. La admiración que Torrigiano sintió originalmente por la habilidad del recién llegado no tardó en convertirse en celos. Destronado de su puesto como mejor alumno decidió desquitarse asestándole un golpe en la iglesia de Santa María del Carmine. El puñetazo fue tal que le rompió la nariz y Miguel Ángel cayó desmayado.
Torrigiano sabía que estaría en problemas cuando Lorenzo de Médici se enterara del atentado y huyó a Roma. Ese fue el inicio de una serie de fugas que lo llevaron a los Países Bajos y de ahí a Inglaterra, un reino aún medieval listo para recibir la influencia del renacimiento italiano. Comenzó a trabajar para Enrique VIII, apenas coronado rey tras la muerte de Enrique VII. A su servicio creó esculturas de terracota del monarca, de su padre y del obispo católico romano John Fisher.
Cuando se le comisionó para crear la tumba de Enrique VII en la abadía de Westminster, Torrigiano regresó a Florencia buscando reclutar artistas jóvenes para trabajar con él. Ahí se encontró con Benvenuto Cellini, quien, movido por la curiosidad, no dudó en preguntarle sobre el incidente con Miguel Ángel, para entonces ya un artista consagrado. Torrigiano le confesó que Miguel Ángel acostumbraba molestar a sus compañeros y fanfarronear sobre sus creaciones. Le explicó como en la iglesia del Carmine lo encontró fastidiando a otros estudiantes y decidió darle una lección. En sus propias palabras: «Sentí que los huesos y los cartílagos se hundían como una galleta debajo de mis nudillos; y esta marca mía la llevará consigo a la tumba».
Cellini, horrorizado por la confesión, rechazó la oferta y Torrigiano dejó Italia para no volver. Terminó su trabajo en Londres y pasó los últimos años de su vida en Sevilla, donde murió en 1528 dentro de una cárcel de la inquisición.
¿Cuál crees que haya sido la verdadera razón del golpe? ¿Crees que fueron los celos de Torrigiano o una lección de humildad como después aseguró?
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Aprende más:
Jones, J. (04 de Octubre de 2003). Bust of Henry VII, Pietro Torrigiano. Recuperado el 17 de Noviembre de 2020, de theguardian.com: https://www.theguardian.com/culture/2003/oct/04/art
Fuentes:
Cellini, B. (1956). The Autobiography of Benvenuto Cellini. Penguin Books.
Vasari. (2003). Lives of the Artists. Penguin UK.